Trastorno obsesivo-compulsivo
Las personas que sufren TOC presentan un elevado sentido de responsabilidad, una escasa tolerancia a la incertidumbre, necesidad de control y perfeccionismo.
El TOC se caracteriza por la presencia de obsesiones y compulsiones que causan intenso malestar psicológico e interfieren de forma significativa en la vida de quien lo padece (personal, social, laboral y/o interpersonal). Con frecuencia, los síntomas son padecidos en secreto y con plena conciencia de su absurdidad.
Una obsesión no es una simple preocupación excesiva sobre problemas de la vida real, sino que se trata de una idea, pensamiento o imagen intrusiva, involuntaria e inapropiada y que causa temor, ansiedad o malestar importante. La persona reconoce que estos pensamientos, impulsos o imágenes obsesivos son producto de su mente e intenta ignorarlos, suprimirlos o bien neutralizarlos mediante otros pensamientos o actos (rituales o compulsiones).
Una compulsión es un comportamiento de carácter recurrente que la persona realiza de manera voluntaria en respuesta a una obsesión y con el objetivo de prevenir o reducir el malestar producido por ella.
¿Cuáles son las obsesiones y las compulsiones más frecuentes?
- La contaminación, los gérmenes, la suciedad (por ejemplo: contraer una enfermedad al estrechar la mano a los demás).
- Dudas repetitivas (por ejemplo: preguntarse si se ha cerrado la puerta de la calle con llave o no, si se ha cerrado el gas o el grifo).
- Ordenar las cosas de una manera determinada (simetría, exactitud).
- Impulsos de carácter agresivo que horrorizan a la propia persona (por ejemplo: imaginar la pérdida de control, hacer daño a un ser querido o a uno mismo).
- Pensamientos y/o imágenes de situaciones catastróficas (por ejemplo: explosión de la casa, muerte de seres queridos, miedo a ser responsable de un error grave).
- Sexualidad (por ejemplo: fantasías sexuales «prohibidas» o indeseadas, dudas sobre la propia orientación sexual).
- Acumulación.
Las compulsiones más frecuentes son:
- Lavados (especialmente de las manos) y limpieza (de la casa, de la ropa, etc.).
- Comprobaciones reiteradas (de la puerta de casa, del coche, del gas).
- Demandas o exigencias de certeza.
- Acciones repetitivas (por ejemplo: tocar, contar, repetir mentalmente frases o palabras, etc.).
- Comprar compulsivamente para acumular, coleccionar, guardar, ordenar o clasificar.
¿Cuáles son las causas del trastorno obsesivo-compulsivo?
Todavía se desconoce. Se apuntan a una combinación de factores biológicos (niveles insuficientes de serotonina a nivel cerebral) y psicológicos ( interpretación distorsionada de los pensamientos).
¿Cuántas personas sufren TOC?
Alrededor del 2,5% de la población padece trastorno obsesivo-compulsivo y afecta por igual a hombres y mujeres.
¿A qué edad empieza el trastorno obsesivo-compulsivo?
El inicio suele situarse en la adolescencia y a principios de la edad adulta, aunque puede iniciarse en la infancia. En el 65% de los casos, la edad de inicio es anterior a los 25 años.
¿Hay pruebas específicas para evaluar el trastorno obsesivo-compulsivo?
No hay ninguna prueba de laboratorio que pueda diagnosticar el TOC. El diagnóstico se hace a través de la historia clínica.
¿Hay algún otro trastorno que acompañe el TOC?
Es frecuente que las personas con trastorno obsesivo-compulsivo sufran depresión y otros trastornos de ansiedad.
Además, hay otros trastornos que pueden relacionarse con el TOC, como pueden ser los tics, la hipocondriasis o los trastornos de la alimentación.
¿Cuál es el tratamiento del trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)?
El tratamiento de elección para el trastorno obsesivo-compulsivo es la combinación de psicofármacos y tratamiento psicológico de orientación cognitivo-conductual.
El principal tratamiento farmacológico son los antidepresivos y, muy especialmente, aquellos que aumentan los niveles de serotonina disponibles en la neurotransmisión cerebral. Son los inhibidores de la recaptación de serotonina (ISRS).
El tratamiento psicológico de orientación cognitivo-conductual está compuesto por diferentes estrategias terapéuticas, centradas en los síntomas que presenta el paciente en el momento actual. Las más importantes son: La psicoeducación y la exposición con prevención de respuesta y reestructuración cognitiva (EPR).