Deterioro cognitivo y Demencias.

La demencia se entiende como un síndrome clínico (conjunto de múltiples síntomas y signos) de entre los que destacan los siguientes:

  • Alteraciones de funciones mentales como la memoria, el lenguaje, la capacidad de reconocimiento de su entorno y de sus familiares (agnosias), pérdida de conductas automáticas como comer, higiene y vestirse (apraxias), entre otras funciones mentales.
  • Trastornos psiquiátricos (síntomas psicológicos y conductuales, SPCD) como agresividad, síntomas psicóticos (creencias irracionales delirantes de robo y de perjuicio, alucinaciones visuales) agitación y ansiedad, depresión, trastornos del sueño, apatía, cambios de personalidad, etc.
  • Alteración de su autonomía (capacidad funcional), dificultando la realización de las tareas cotidianas como cocinar, comprar y gestionar el dinero, cuidarse, etc.

La demencia más frecuente sería la demencia por enfermedad de Alzheimer (el 50-65% de las demencias son por Alzheimer). En segundo lugar tendríamos las demencias vasculares (15-25% de las demencias) que están relacionadas con los accidentes cerebrovasculares diversos. Después nos encontramos demencias mixtas (enfermedad de Alzheimer junto con Demencia Vascular, 25% de las demencias). Por último, como demencias más frecuente, estaría la demencia por Cuerpos de Lewy (10-15% de las demencias), la demencia frontotemporal, la demencia por enfermerdad de Parkinson y las demencias secundarias, relacionadas con enfermedades diversas que cursan con demencia.

Es necesario una evaluación completa por parte de neurología, equipo de psiquiatría y psicología para planificar el tratamiento, tanto farmacológico (hay fármacos que pueden ayudar a enlentecer el deterioro de las funciones mentales y a disminuir las alteraciones psiquiátricas) y también las intervenciones no farmacológicas, por parte de psiquiatría y psicología.

Tratamiento para familiares

Las alteraciones de conducta en personas con demencia se presentan en más del 80% de los pacientes, por lo que es necesario una intervención que ayude al abordaje de dichas alteraciones conductuales.
Para ello es fundamental el asesoramiento psicológico y psiquiátrico a las familias con el objetivo de manejar de forma apropiada las dificultades que se les presentan en el día a día a los cuidadores.
Con este tratamiento se consigue mejorar la relación del cuidador con la persona que tiene la enfermedad. Hay pautas de entrenamiento en comunicación y en manejo de los trastornos psiquiátricos para familiares que ayudan a reducirlos de forma importante, facilitando a una mejor convivencia y curso de la enfermedad así como previniendo las alteraciones psiquiátricas y psicológicas de los cuidadores.

28 febrero, 2023